Ciencia Viva tuvo su origen en el IES J.M. Blecua de Zaragoza en 1990 y nació con vocación de ser un programa de divulgación de la ciencia pensado para los estudiantes no universitarios, aunque en su evolución amplió su cobertura a otros sectores de la población. Así su fundador, Miguel Carreras, asesora desde 2003 al proyecto cultural del parlamento de Aragón, Conversaciones en la Aljafería, en su vertiente científica y también ha venido ofreciendo actuaciones a los ayuntamientos de zonas rurales aragonesas y sigue participando con distintas colaboraciones en diversas actividades de nuestra comunidad con la Asociación Ciencia Viva que preside. En la convocatoria del año 2000, Casa de las Ciencias de la Coruña les distinguió con la concesión personalizada del Premio Especial del Jurado y en 2006 se le otorgó el Premio José María Savirón de divulgación científica.
Así resumen su filosofía:
«Afirma Claudi Mans que cuando un científico difunde aquello que ha investigado con un lenguaje no especializado, está divulgando. También es divulgación la literatura y documentales de cine, video u otros soportes tecnológicos que los comunicadores de la ciencia producen para poner al alcance del público los trabajos y descubrimientos de los investigadores. Además, en ocasiones, la divulgación procura vincular conocimientos científicos y elementos de la vida cotidiana, sin excluir aspectos lúdicos. Y, por supuesto, la importante aportación de los museos y centros de ciencia y de las páginas especializadas de la prensa escrita y las nuevas tecnologías de la información.
En nuestros tiempos las ciencias de la naturaleza han adquirido entidad suficiente como para ser consideradas parte fundamental de la cultura y es importante que la población, sin excepciones, tenga información suficiente de las aplicaciones tecnológicas y los nuevos descubrimientos de la Ciencia básica encaminados a desvelar la constitución, origen, evolución y destino del mundo en que vivimos y el aprovechamiento de los recursos energéticos de que disponemos. De ese modo se podrá conseguir de forma coherente la necesaria interrelación Ciencia-Sociedad en un país como el nuestro en el que, por tradición y falta de cultura científica, la Ciencia no ha tenido ni tiene el reconocimiento social y político debido. En el futuro, y aun en el presente, los analfabetos funcionales en tecnología y ciencia corren el riesgo de ser fácilmente manipulados y sometidos por los poderes y el consumismo exacerbado, inconsciente e insolidario.
En Ciencia Viva creemos, en la línea del legado de los ilustres Lavoisier, Darwin, Einstein, Faraday, Watson, Jay Gould, Charpak, Sagan, Hawking…, que la prioridad de la tarea divulgativa de calidad corresponde preferentemente a los científicos e investigadores y a los comunicadores con sólida formación en el ámbito de las ciencias.»