«En un ring, dos personas. Un científico, un comunicador. Ambos con micrófono abierto. El científico inicia la intervención: tiene cinco minutos para contar lo que investiga. A su lado, un comunicador, u otro científico dedicado a la divulgación, interviene cada vez que no se entera de algo. Si el científico cuenta algo que no es entendible, su interlocutor puede cortar y pedirle explicaciones.
Cada diez minutos, el ring cambia de participantes. Hay, en principio, cinco participantes. Gana el científico que obtiene más puntos al final de la pelea. El público tiene a su disposición dos tarjetones, uno verde y otro rojo, que enseña cuando le gusta y cuando no le gusta respectivamente la participación del científico. El público puede apostar: tiene a su disposición unas tiras de apuestas con los nombre de los participantes. Puede apostar al ganador.
Con la participación de Lucas Sánchez y Natalia Ruiz Zelmanovitch, bajo la coordinación de Óscar Menéndez».
¿Qué te parece? Menéndez, comunicador de la ciencia desde Explora Proyectos, expone así las bases del Ring de la Ciencia que moverá en octubre a Etopia (Zaragoza), durante las Jornadas D+I. Suena como para no perdérselo. ¿Dispuestos a dejar en manos del público nuestra capacidad divulgadora?
Después danza, danza cósmica, y otros experimentos para lograr entender el mundo. Son diferentes estrategias de comunicación, muy novedosas todas ellas, que conoceremos en las Jornadas D+I por boca de sus propios autores, que ven todo ventajas al hecho de conocer mejor nuestro entorno.
El físico Javier Fernández Panadero, por ejemplo, que ha escrito el libro ‘Experimentos para entender el mundo’, piensa que los beneficios son «innumerables: mejorará su capacidad de trabajo, de gestionar su vida cotidiana (consumos, salud…), incluso podemos decir que aumentará su esperanza de vida». Con este planteamiento divulga desde su blog ‘La Ciencia para todos’. En Zaragoza nos contará cómo «nadie se acerca al mundo científico por ser útil, sino por ser fascinante». Y esto tiene mucho que ver con la forma en la que tenemos que divulgarlo. Férnandez Panadero, opina que «es poco efectiva la promoción utilitarista. Vendámosles (al público) la pasión que nos atrajo a nosotros, la belleza que nos enamoró; se acercarán y disfrutarán la ciencia porque es fascinante y lo demás les llegará ‘por añadidura'». Precioso criterio. Habrá que replantearse hasta los cimientos de la divulgación científica.