Me hice periodista porque, desde niño, me apasionaba la radio. Claro que, entonces, aún casi no se había inventado aquello en lo que terminé trabajando. Cuando abrí la primera página web, en un cibercafé con Netscape, me di cuenta de que lo que yo quería en realidad era un ‘router’. Llevo haciendo radio, con mis amigos, desde aquellos adolescentes tiempos.
Pero la vida profesional me llevó a la televisión primero. A Internet, después. Pasé por varias redacciones y platós: Canal 33, TVE, M80 Radio… Me quedé mucho tiempo en Canal Norte, una UHF que hicimos pionera en vídeo web a nivel nacional, antes de que existiera YouTube. Desde entonces, empecé a enchufar cada vez más cosas al ordenador. De allí salió toda una factoría multimedia para multitud de clientes. En paralelo, recalé en la redacción de El Mundo. Allí me dieron libertad para seguir inventando maneras de contar historias con un buen puñado de píxeles. En Onda Cero, mientras, me dejo caer por ‘La Rosa de los Vientos’ contando la historia de los pioneros de Internet: aquello que aún casi no se había inventado cuando era niño, pero en lo que terminé trabajando.