Science Shop

Una science shop es el camino más corto entre los científicos y el resto de los ciudadanos. Es mediadora entre las necesidades reales de una población y las investigaciones científicas de su entorno. Es la esencia de la divulgación. Norbert Steinhaus, de la veterana science shop de Bonn, viene a las cuartas D+i a contarnos cómo funciona esta entidad, cuyo prestigio le ha llevado a coordinar, desde 2007, la Living Knowledge, la red internacional de science shops.

 

“No hay una estructura ni una forma de organización definidas para las science shops”, advierte Steinhaus, aludiendo a la diversidad contenida en la Living Knowledge Network. “Cómo están organizadas y funcionan las science shops depende sobre todo de su contexto”. Y es que cada grupo de población tiene sus propias necesidades; y, cada vez más, quiere comunicarlas a los científicos y acceder también al conocimiento. Así lo ve Steinhaus, desde dentro, desde la science shop de Bonn, manejando con soltura el concepto de demanda social de conocimiento.

 

Cuando la sociedad quiere apoyarse en la ciencia y los investigadores acercase más al ciudadano, una science shop es la fórmula idónea. Establece la comunicación entre ellos. Aunque se llaman tiendas, ‘regalan’ la ciencia desde un establecimiento ilimitado, sin puertas y en continuo crecimiento.

 

¿Qué ventajas aporta una science shop a su entorno? Según Steinhaus: “Empoderamiento de los grupos sociales; mejor aprendizaje para estudiantes y consiguiente mejora de la empleabilidad; aporte de material y comunicación para investigadores; institutos de investigación con responsabilidad social; y, en política, decisiones informadas según los resultados, reivindicados, de la investigación”.

Sea cual sea su forma de funcionar, una science shop permite al ciudadano acercarse a la investigación, participar incluso en ella, con lo cual aumenta sobremanera la visibilidad de la ciencia. Para los investigadores, es una manera estupenda de “orientar su aprendizaje hacia la resolución de problemas -indica Norbert Steinhaus-. Los estudiantes se familiarizan con la ciencia y con los hábitos sociales y pueden surgir nuevas líneas de investigación. Y los científicos se acostumbran a responder a las necesidades y demandas de la sociedad”.

 

Testigo y promotor de todo esto desde la Wissenschaftsladen Bonn, Steinhaus nos presenta a una entidad sin ánimo de lucro que pone el énfasis en la sostenibilidad social, en el medioambiente y la salud, en el mercado laboral y las energías renovables. “Cuando es necesario, la science shop de Bonn coopera con universidades locales y otras instituciones, organizaciones, science shops… de Bonn, de Alemania o el mundo, en busca de una investigación multidisciplinar, de la expansión de los resultados y de la educación”.

 

Treinta y cinco personas trabajan directamente en esta science shop, la cual mantiene su propio centro de formación. En sus más de treinta años de experiencia, ha creado una red de contactos locales, regionales, nacionales e internacionales, que incluyen grupos sociales organizados, universidades e investigadores, empresas, políticos, fundaciones, museos… En los últimos quince años y debido al éxito de sus proyectos y actividades, la science shop de Bonn coopera en proyectos internacionales.